Camino por las calles de mi ciudad, ningún rostro es diferente, veo jóvenes, hombres, mujeres y niños, y siguen el paso sin mirar atrás, entonces una mirada se cruza entre la multitud, una sonrisa se me es dedicada, y encuentro algo que me identifica. Una niña, un niño o una simple joven, diferentes, sonriendo, sin miedos luchando, emoción en sus ojos, felicidad, logro. Todo un mundo en una mirada. Levanto la mano en saludo, y me ven, y sonríen. ¿A dónde es que van?—pregunto. Parkour—es la respuesta, y no se necesita nada más para entender.
Desde hace algunos meses el numero de Traceurs en Culiacán a aumentado, ya no somos aquellos pocos de antes, ya no somos desconocidos que caminan diferente. Todavía nos miran como locos saltarines, pero el tiempo aun es corto para que el árbol plante sus raíces. Ya los frutos han ido brindando dulzura a muchos de nosotros, y también, como yo, han quedado encantados, fascinados y enamorados. Han encontrado algo bello que es diferente a todo, que para muchos a sido su motivo de vida, y para otros su motivo de la muerte; la libertad.
Cuando comenzamos con algún entrenamiento, por lo general les hablo que en este camino se trata de ir solo sin olvidar nunca a los demás. Crecemos como individuos, ayudamos como maestros, nos queremos como grupo. Nadie crecerá por ti, nadie podrá hacer lo que tu, nadie te dirá que pensar, pero siempre te acompañaran, siempre, si lo permites, estarán tus amigos a tu lado.
Entonces nos queda, una vez terminado el día, que el Parkour es diversión compartida, es salud, es deporte y es disciplina. Ya las risas pasaron, ya el sudor ceso, ya es hora de marcharse, y camino a casa esta el Parkour en todas partes.
Entonces nos queda, una vez terminado el día, que el Parkour es diversión compartida, es salud, es deporte y es disciplina. Ya las risas pasaron, ya el sudor ceso, ya es hora de marcharse, y camino a casa esta el Parkour en todas partes.
0 comentarios