Trabajo duro.

Mi mirada alcanza el cielo, casi me elevo sobre las nubes, y vuelo como solo se puede en los sueños, mis pies dejan de pertenecer al suelo y por fin vivo como yo quiero; sin problemas, sin barreras, solo yo y mi objetivo de seguir mi carrera, mi trazo, mi mundo.

El Parkour se resume en eso, la ausencia de sentimientos negativos, la concentración, el solo deseo de superarse, y claro, también ese peligro que encontramos a cada paso que nunca nos abandona. En eso radica tanto amor hacia esta disciplina, es aquella sensación de avanzar, sabiendo que ese avance es fruto de un largo trabajo, de caídas y raspones que solo el tiempo cura.

Si de alguna forma cada uno de nosotros tendríamos la habilidad de realizar cualquier movimiento sin esfuerzo, sin pasar por aquel camino de la practica, rápidamente nuestras ganas de seguir adelante se acabarían, ya no habría nada para continuar practicando, no tendríamos ánimos de levantarnos y querer seguir adelante, ya que no queda camino porque avanzar. Lo bello del Parkour no es solamente los trazos, lo bello del Parkour es esforzarte y dominar tu cuerpo cada día mas, cuando llegue el día que tengamos dominado todo ya no tendremos un motivo por el cual luchar, y ya no valdrá la pena levantarse cada mañana pensando en el Parkour.
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Sobre el autor

Entrene Parkour cinco años, pertenecí al grupo Guerreros del asfalto, que luego cambio de nombre a visión urbana. Me encanta enseñar y ayudar. Nací en Culiacán, México y el amor por el Parkour me ha enseñado muchas cosas que nunca olvidare. El Parkour se lleva dentro como bien sabes tú, practicante. Se lleva dentro del corazón y del alma, y escribiendo sobre este tema mantengo la llama que en mi todavía no se apaga, una llama que seguirá allí aunque no practique con tanta frecuencia.

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