Desde comienzos el Parkour ha tenido como eje de funcionamiento la amistad. Son pocas las personas que viven en el mundo solitario desplazándose por la vida como Traceurs. El compartir, el disfrutar, el vivir entre amigos ha fortalecido a los grupos que nacen y de allí, de los lazos fuertes de compañerismo los grandes Traceurs se alimentan. De nada serviría mantener un buen entrenamiento, de nada serviría llevar una completa disciplina, de nada si no se disfruta con el compartir.
He visto nacer el Parkour en mi ciudad de la amistad, acompañarse juntos, no abandonarse y continuar sin mirar atrás, sin rencores ni ambiciones. Así fue en mi ciudad y sé que también en muchas otras. Hoy en día de esos amigos o antiguos trazadores, crearon sin saberlo los lazos para mantener unidos a otras personas, mas pequeñas o mas grandes, mas buenas o mas malas, hombres o mujeres, jóvenes que aman el Parkour, que aman estar juntos y entrenar como grupo, como todos nosotros.
Dejando a un lado en si el nombre de “el Parkour” en todo deporte, disciplina o cualquier cosa, para ser realmente bueno tiene que gustarte lo que practicas, y como logramos que algo nos guste, la respuesta radica en que nos enseñen el amor hacia las cosas, algo muchas veces, o siempre, encontramos en los deportes en grupo o individuales. Una vez que nos gusta algo tenemos que practicarlo, y aqui los amigos nunca se abandonan, de allí nacen los pequeños grupos, sirviendo potencialmente como grandes grupos y grandes Traceurs.
Para ser buen Traceurs no es necesario ser bueno entrenando, para ser buen Traceurs se necesita ser bueno trazando y los mejores trazos se realizan acompañados.
0 comentarios