Vivir sin entrenamientos de Parkour.

-->

El Parkour y mi cuerpo.


Miro por la ventana, suspiro y viene a mí un sentimiento que sentiría un canario que observa detrás de una jaula. Y no son mis alas rotas las que no me permiten volar, y no es el miedo el que no me permite saltar y volver aquello a lo que le dedique tanto tiempo que es el Parkour.

Ya son bastantes los días, ya son bastantes los meses que simplemente observo como el Parkour va quedando más y más atrás, y encuentro en mí las consecuencias de ello.
“Nunca, desde que he hecho Parkour, me he tropezado sin que mis reflejos me salven de la caída”  fue lo que dije hace aproximadamente un año, y era cierto, desde que inicie el Parkour hace ya casi 5 años nunca había caído al suelo, una piedra ya no era obstáculo ni peligro para mi, y aunque suene tonto, después de casi 8 meses sin hacer Parkour, tropecé, y esta vez caí. Mis amigos se rieron y por un instante yo también, pero luego pensé lo que había dicho tiempo atrás y me di cuenta que el Parkour se iba de mi cuerpo.

Mi condición física es algo que ya no esta, mi visión se ha perdido por tantas horas de lectura, y ahora con este acontecimiento me di cuenta que el Parkour si puede desaparecer de mi. Queda el recuerdo de lo que pude hacer, veo un obstáculo en el que puedo hacer una precisión y pienso, eso yo lo puedo hacer, pero no, ya mis músculos perdieron su fuerza y mis piernas no logran generar la potencia necesaria, así que aunque mi mente me diga que puedo, mi cuerpo no reacciona y mis reflejos no son los mismos.

El Parkour si se va del cuerpo, pero no completamente, todavía puedo subir paredes, aunque no saltarlas, todavía puedo hacer cada uno de los movimientos básicos, pero no llevarlos a obstáculos difíciles.
El parkour si se va, pero en el fondo, muy el fondo sigo siendo un Traceurs, aunque la palabra implique un significado de alguien que entrena.  
thumbnail
Sobre el autor

Entrene Parkour cinco años, pertenecí al grupo Guerreros del asfalto, que luego cambio de nombre a visión urbana. Me encanta enseñar y ayudar. Nací en Culiacán, México y el amor por el Parkour me ha enseñado muchas cosas que nunca olvidare. El Parkour se lleva dentro como bien sabes tú, practicante. Se lleva dentro del corazón y del alma, y escribiendo sobre este tema mantengo la llama que en mi todavía no se apaga, una llama que seguirá allí aunque no practique con tanta frecuencia.

2 comentarios

  1. ¡Animo! Se lo que se siente.

    Pero mientras procures mantener tu cuerpo en forma y te des espacios de vez en cuando para entrenar, el parkour no morira, solo permanecera hibernando.

    Saludos!

    ResponderEliminar
  2. Gracias. n.n estas vacaciones a retomar el entrenamiento.

    ResponderEliminar